Un asesinato por semana
“Todo esto relatado así, puesto negro sobre blanco, sobrecoge. Encoge el alma porque no son cifras, son mujeres asesinadas a razón de una por semana, un sanguinario goteo de muerte incomprensible. Son menores que crecen en un ambiente de violencia, algunos la reproducirán en el futuro si no ponemos remedio, como víctimas o como victimarios. Y otras miles que sufren violencia de todo tipo, ejercida por hombres, parejas o no, a lo largo y ancho de España, y en ocasiones a lo largo de toda su vida, aún sin llegar a denunciarla. Sin embargo, a la vez que sucede todo este desastre que atenta contra los pilares de nuestra sociedad e incluso de nuestra democracia, una fuerza con representación parlamentaria se permite cuestionar la propia existencia de estos hechos.”
Pues, debemos considerar en la relación interhumana del transexual ecuménico perverso patriarcado, como aísla lo femenino, determinado en nuestra cultura hasta la función biológica, que vendría a ser su sustrato y que designó e impuso la perversión irresoluble y ambigüedad sexual del varón, no sublimada infinitamente variada que su comportamiento pone de manifiesto.
“En una época convulsa y líquida, como diría Zygmunt Bauman, nuestro compromiso para erradicar la violencia machista tiene que ser, como sociedad, como instituciones y como representantes políticos, asentado y firme. Cualquier otro posicionamiento atenta contra los derechos humanos de las mujeres y no es democrático.”
Pues, en el discurso hipócrita del transexual ecuménico perverso patriarcado en realidad vemos la exposición de su perversión para la comunidad, jugando al profeta ecuménico. Por lo demás como asombrase de esas reacciones, donde el feminismo denuncia los resortes agresivos escondidos en todas las actividades tendientes a la “igualdad”. Puede verse en el más azaroso incidente, con la mujer donde basta para provocar la intención agresiva, que reactualiza su irresoluble perversión y ambigüedad sexual, una estructura particularmente destinada a camuflar, a desplazar, a negar y o amortiguar la intención agresiva abusiva, violatoria, genocida sobre lo femenino.
El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual.
El discurso de la acción femeninológica, de mi ciencia de lo femenino (Femeninologia), expone al varón frente a aquello que ha silenciado en el pasado; el fundamento agresivo que encubre con su hipócrita moral y ética patriarcal, que se demuestran insostenibles en el presente.
Por Osvaldo Buscaya
OBya
(Psicoanalítico)
Femeninologia (Ciencia de lo femenino)
Lo femenino es el camino
Buenos Aires
Argentina
22/6/2020